martes, 11 de enero de 2011

Política de Overvooking

"¿Ganará Juan Espadas las elecciones municipales de mayo?", preguntaban los periodistas al actual alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, al que por cierto, no llegó Espadas a dar la mano en el acto que presentaba su candidatura a la alcaldía de Sevilla. No creo que contestara o al menos, poco interesaba ayer ESA respuesta. Los militantes socialistas que se acercaron al Palacio de Congresos y Celebraciones de Sevilla, respaldaron a Espadas al cien por cien. De echo, no cabía ni un alfiler.

Tras las interrupciones, los cambios de micrófono, las alteraciones en el guión y las idas y venidas de los agobiados técnicos, Griñán y Espadas defendieron su política en un escenario verde y rojo con sillones blancos. El primero estuvo más relajado, con las piernas cruzadas y la mano, la mayoría de las veces, descansando en la rodilla. El segundo, más tenso, con los brazos apoyados en el minimalista sofá y las piernas en paralelo. Eso sí, Espadas no dudó a la hora de dirigirse al público y de responder a uno de los históricos que más aplausos suscitó, Alfonso Guerra. Éste pidió en un vídeo grabado a la entrada del acto, un alcalde que conjugue tradición y modernidad y el aspirante a sustituir a Alfredo Sánchez Monteseirín, así lo prometió. 

Otro de los protagonistas, aunque en silencio, fue el actual alcalde, al que no llegó el apretón de manos de Espadas, como ya digo. A él y a Manuel del Valle, pidió permiso Espadas, tras asegurar que quiere ser el mejor alcalde, no de Sevilla, sino de los sevillanos y sevillanas. Y es que no lo puede hacer mal porque quiere seguir viviendo en esta ciudad, dice. Ironías de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro (René Descartes)