“La música
despierta en nosotros diversas emociones, pero no las más terribles,
sino más bien los sentimientos dulces de ternura y amor.” Charles
Darwin
Desde la comunicación
política tenemos que tener en cuenta la relación entre música y
política ya que la música es un enorme generador y emisor de
emociones. La melodía, la letra, la armonía o el ritmo saben cómo
llegar a nuestra fibra y sentimientos, que no son otros que los que
nos guían a actuar, a votar en unas elecciones. Nos predisponen a
estados emocionales que tienen mucha importancia en nuestra conducta. Las palabras, los mensajes, los discursos, definen la vida de los demás, ¿por qué no hacerlo con melodía?.
La música también
tiene importancia para generar las emociones adversas. Optimismo,
alegría o ilusión, por ejemplo. En Estados Unidos, spots como los
de Ronald Reagan en su campaña de reelección en 1984,“It’smorning again in America”, combinaban a la perfección lenguaje
verbal, el uso de imágenes y colores y, sobretodo, el recurso
musical. Pero no sólo existe esta relación en los spots, las
campañas electorales norteamericanas suelen tener una canción de
campaña que va más allá de crear una relación emocional, sino que
adquiere un auténtico significado.
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