“Cada día,
América necesita un defensor, y yo voy a ser ese defensor”, nos
dice Hillary Clinton en el vídeo que ha utilizado para
anunciar su candidatura (de manera oficial).
La vida de
Hillary Clinton ha estado indisolublemente ligada al poder. Primera
dama durante los dos mandatos de su marido, el presidente Bill
Clinton, fue elegida senadora por Nueva York en 2000 y reelegida en
2006. Tras su fracaso ante Barack Obama en las primarias demócratas de
2008, ha sido secretaria de Estado entre 2009 y 2013. Este es a la vez, su fuerza y poder a la hora de presentarse por segunda vez y con 67 años, en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos de América.
Ahora toca corregir errores (fuertes) del pasado:
1. Ser más
humilde y cercana: El cliché de primera dama no le ayuda mucho en
esta tarea, pero el cambio de registro en el estilo y lenguaje, nos
dan pistas de que va a poner todo su empeño. Esta vez sí.
2. Gestión como diplomática: Los republicanos creen que su gestión al frente de la diplomacia estadounidense ha estado marcada por el fracaso: emergencia del estado islámico, guerras civiles en Syria y Ucrania, caos en Yémen o el ataque el consulado norteamericano en Bengasi.
3. Voto
latino: Obama ha reconocido que logró la reelección en 2012
gracias en buena parte a ese 71% de hispanos que lo apoyaron.
Clinton también es consciente de que no podrá cumplir su sueño de
ocupar por derecho propio la Casa Blanca si no logra hacerse con ese
voto latino. Sin duda tendrá que trabajar par explicar muchos de
sus comentarios durante la campaña de 2008 contra las licencias de
conducir (para los indocumentados) y a favor de la seguridad
fronteriza, así como sus comentarios contra los menores no
acompañados de Centroamérica llegados en 2014.
Hoy he releído:
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