jueves, 8 de junio de 2017
martes, 12 de julio de 2016
Thatcher y el poder del lenguaje de la moda
Publicado en el número 9 de la revista Beerderberg
Aunque nos
neguemos a confesarlo, son muchas las ocasiones en las que nuestra
ropa o forma de vestir nos condiciona. Nos condiciona en el mensaje
que queremos comunicar y en el mensaje que, finalmente, comunicamos.
Es decir, condiciona la comunicación. Condiciona el mundo de las
percepciones en cada una de sus variables. En política, podríamos
hablar mucho del lenguaje de la moda como valor político. Hace
tiempo y coincidiendo con su fallecimiento, escribí sobre Margaret
Thatcher y la importancia que la primera ministra del Gobierno del
Reino Unido (primera y única mujer en pisar el 10 de Downing Street
como primera ministra) daba a su estilo de vestir, no como mero medio
sino como un fin político y de poder. Y, especialmente, a prendas
muy concretas que comunicaban exactamente ideales, premisas y
aspectos que quería remarcar. Es decir, el lenguaje del estilo y la
moda, como herramienta potente de comunicación política.
La moda,
para Margaret Thatcher y para muchas personas que son conscientes de
ello, era un instrumento político, una herramienta de clase y, sobre
todo, una fuente de riqueza. Y es que, por cierto, pocas mujeres con
cargos públicos han sido tan conscientes de la importancia de crear
una marca de estilo única. Quizás porque durante décadas fue el
símbolo más claro de la entrada de la mujer en un mundo hecho a
medida por y para hombres, un mundo en el que la valía femenina no
parece ser suficiente y tiene que demostrarse constantemente, en la
forma y en el fondo.
Y recordando
a Margaret Thatcher y quizás absorbida por la cuarta temporada
deHouse of Cards, he puesto especialmente atención en otra mujer que
se encuentra de lleno en la actividad política, de ficción claro:
Claire Underwood. La mujer de Frank Underwood en la serie
norteamericana House of Cards, nos gusta tanto porque está
fuera del prototipo de primera dama no sólo de Estados Unidos sino
también de cualquier otra parte del mundo; pelo largo con corte
clásico y mucha fijación, trajes de colores llamativos o exceso de
joyas. Claire Underwood es otro mundo. Margaret Thatcher también lo
era. Cada una a su estilo, pero ambas con puntos comunes: el uso del
lenguaje de la moda para conseguir sus objetivos.
Nadie, salvo
contadas extravagancias en momentos muy concretos, presta demasiada
atención al vestuario de los políticos varones, pero no es la
tónica habitual con los trajes de mandatarias y primeras damas.
Thatcher, por ejemplo, lo sabía, y aunque su cargo y su férrea
actitud conservadora le impedían mostrar una afición especial por
la moda y la ropa, supo construirse con éxito un uniforme, una
imagen icónica tan fuerte, que aún hoy es perfectamente reconocible
e imitable.
Sobre imagen
política, tanto Thatcher como Underwood podrían compartir
reflexión, incluso ambas encarnan muchas de nuestras aspiraciones
inconfesables: inteligencia, estilo, fortaleza, influencia, seguridad
en sí misma, luz propia y deseo de poder.
Por ello, no puedo dejar
de imaginarme una conversación entre ambas. ¿Amigas? No, mejor será
no subestimar a ninguna. Más realista sería, adversarias políticas.
Una, primera ministra del Reino Unido. La otra, secretaria de Estado
de Estados Unidos, por ejemplo (recordando que el poder no te lo da
precisamente ningún cargo). Claire Underwood ve el mundo a través
de sus gafas de pasta y su iPhone. Sin embargo, Margaret Thatcher
guarda su mundo es un bolso cuadrado, junto a los broches XXL y las
perlas. Sobre el contexto, no creo que sea decisivo ni un obstáculo
para esta conversación, ambas son personajes atemporales y no
subestimo la capacidad de adaptación de una al contexto de la otra.
Ambas hablarían de cómo
ser mujer en un mundo de y para hombres como es la política.
Compartirían experiencias pero no como mero juego de empatía entre
mujeres sino como fin para delimitar roles de liderazgo entre ambas.
Tanto una como la otra reconocerían el valor de la moda como fuente
de poder en política y Underwood le agradecería a Thatcher que
fuese la precursora del power dressing(vestir para imponer) y de
la prenda clave de este look, el power suit, nombre con el que
se conoce a los trajes de las ejecutivas de los años 80.
Precisamente, Claire Underwood tiene en este elemento a su mejor
aliado. Trajes de corte recto, sobrios, pero realmente eficaces para
no arriesgar, precisamente arriesgando ya que es lo más parecido al
look o dress code masculino. Underwood le preguntaría si es verdad
que uno de sus asesores le aconsejó dejar de llevar sombreros y
collares de perlas. La primera ministra le diría que es verdad a
medias, como casi todo en política, y que le hizo caso de lo
primero, pero rechazó quitarse el collar de perlas por ser un regalo
de su marido. Eso es estilo inglés, le diría Underwood.
Thatcher le confesaría
que desde los comienzos de su mandato, empezó a combinar blusas de
lazo con collares y estampados con broches en la solapa, con el único
objetivo de definir su papel como líder. Incluso, que su estilista
creó especialmente para ella trajes y blusas de hombros pronunciados
y colores chillones. Aclararían que llevan casi siempre vestidos y
falda pero transmitiendo más fortaleza que cualquier hombre en este
juego.
Ambas, reconocerían
abiertamente que utilizan la moda y su lenguaje como un instrumento
político más, una herramienta de clase. Para Thatcher, la rigidez
de los hombros era una de sus obsesiones, quizás porque así
ilustraba en las formas la austeridad y la beligerancia de su
contenido político. Para Underwood, su rígida y austera, pero chic,
armadura, a base de estudiados movimientos de espalda, brazos,
piernas y su cuidado corte pixie, son su marca de mujer fatal
dispuesta a entrar en combate en cualquier momento. Para Thatcher,
los colores son otra de sus señas de identidad ya que tenían como
objetivo hacerle destacar entre la multitud y le permitían jugar
incluso con la política exterior. En sus viajes, procuraba llevar
trajes del color de la bandera nacional del país que visitaba. Para
Underwood, la escasez de colores que utiliza en el vestuario son su
propio sello con una paleta de grises o burdeos que se suman a los
favoritos, negro y blanco.
Aunque se nieguen a
declararlo en público, tanto para Thatcher como para Underwood, la
moda es un instrumento político. Uno más, pero al fin y al cabo,
una herramienta. Pero, seguramente, ellas no buscarían ser la mejor
vestida, pero sí la más recordada. Y no estamos hablando de
elegancia o estilo en su esencia como lo conocemos hoy. Lo suyo es el
estilo del poder, la moda como valor político.
lunes, 22 de febrero de 2016
Política en serie: la ficción que inspira al poder
La política hecha por
mujeres ¿distinta o igual a la de los hombres?. Escribo sobre ello
en Política en serie: la ficción que inspira al poder. Un
libro que sale del horno junto a otros 12 consultores sobre hasta qué punto la ficción puede reflejar la política. Mediante una campaña de
crodwfunding o mecenazgo de la editorial www.libros.com.
Este es el esqueleto del mismo:
Introducción, por Julio
Otero y Diana Rubio
Episodio 1: «De asesores a guionistas.
Del war room a la pantalla», por Toni Aira.
Episodio
2: «¿Asesores de ficción?», por Juan Carlos
Calderón.
Episodio 3: «Lo personal es político», por Imma
Aguilar y Begoña Gozalbes
Episodio 4: «La política
hecha por mujeres», por María Vázquez Lorca.
Episodio
5: «El Ayuntamiento en la pequeña pantalla», por Julio
Otero.
Episodio 6: «Eventos políticos en las
ficciones televisivas», por Diana Rubio.
Episodio 7: «Los
pactos en las series», por Ignacio Martín Granados.
Episodio
8: «El lobby en la pequeña pantalla», por Fernando
Cuñado.
Episodio 9: «La retórica religiosa y su
representación televisiva», por Xavier Peytibi y Santiago
Castelo.
Episodio 10: «New Media y política: teoría,
práctica y técnica», por Eli Gallardo.
Conclusiones, por Julio
Otero y Diana Rubio.
Pero Política en serie verá la
luz si conseguimos los apoyos suficientes. ¿Nos ayudas siendo mecenas?
En este enlace tenéis todas las opciones posibles. ¡Seguiremos informando!
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miércoles, 14 de octubre de 2015
El medio es el mensaje
Presentación dentro del II Seminario ACOP Andalucía. Sevilla Universidad Pablo Olavide Viernes 2 de octubre de 2015
martes, 13 de octubre de 2015
miércoles, 16 de septiembre de 2015
Hazle hueco en la agenda al II Seminario ACOP Andalucía "¿Comunica bien tu gobierno?"
Agradezco a ACOP
Andalucía que me invite como ponente a su segundo seminario sobre comunicación
institucional bajo el título ‘¿Comunica bien tu
gobierno?’. La cita se celebrará en la Universidad Pablo de
Olavide de Sevilla donde se darán citan expertos de comunicación
política y consultores de diferentes entidades.
Programa
09.30
horas: Inauguración
Manuel
Torres, responsable del Área de Ciencia Política y de la
Administración de la UPO y Juan Carlos Calderón, coordinador ACOP
Andalucía
09.45 horas:
Planificar y gestionar la Comunicación Pública para tejer puentes
para la ciudadanía
Responsable
de Comunicación de la Unión Iberoamericana de Municipalistas (UIM).
10.45
horas: Comunicación e Imagen Pública: El medio es el mensaje
María
Vázquez Lorca, Consultora en Comunicación e Imagen Pública
11.45 horas:
Descanso
12.15
horas: El discurso político como arma de construcción masiva
David
Rédoli, presidente de ACOP
13.15
horas: Comunicación de Gobierno:Del #cumPPlimos al
#PPopulistasEs
Elena
Barrios, Consultora de Comunicación
Información
Fecha: 2
octubre
Hora: 9:30h
Lugar:
Universidad Pablo de Olavide, Sevilla
Inscripción
gratuita en acopandalucia@compolitica.com
martes, 1 de septiembre de 2015
Decálogo: diferencias entre un gabinete de prensa y un gabinete de comunicación
Sí, ya han
pasado 100 días. ¿Y ahora qué?. Querid@ polític@, si te
haces esta pregunta, tenlo claro: no. Puedes mirar para muchos lados
buscando el problema, sí claro. Y posiblemente, esté ahí. Sí,
tienes un gabinete con buenos periodistas pero ojo, no es un
gabinete de comunicación. Lo siento, ha pasado el periodo de días
más importante de tu legislatura y no has construido tu imagen de
gobierno, tu legado... Han pasado 100 días y era el único periodo de gracia en el que tus votantes y vecinos han mirado tu ombligo. La atención, a partir de ahora, no está en ti. Así que, ¿adivinas en qué punto estás?
Voy a recordarte un decálogo que quizás te interese:
1. Un
gabinete de prensa es una oficina. Un gabinete de comunicación es
una forma de trabajar.
2. Un
gabinete de prensa está formado por periodistas. Un gabinete de
comunicación, por comunicadores.
3. Un
gabinete de prensa trabaja con notas de prensa. Un gabinete de
comunicación, con estrategias.
4. Un
gabinete de prensa, habla. Un gabinete de comunicación, dialoga.
5. Un
gabinete de prensa trabaja para informar a lo externo. Un gabinete de
comunicación, para comunicar lo interno.
6. Un
gabinete de prensa informa de la imagen de la institución. Un
gabinete de comunicación proyecta la imagen de la institución que
primero ha creado.
7. Un
gabinete de prensa responde a los mensajes. Un gabinete de
comunicación crea mensajes.
8. Un
gabinete de prensa trabaja con hechos pasados. Un gabinete de
comunicación trabaja siempre en tiempo real.
9. Un
gabinete de prensa trabaja con los medios de comunicación. Un
gabinete de comunicación con los ciudadanos, favoreciendo el diálogo
social.
10. Un
gabinete de prensa informa de las crisis de la institución. Un
gabinete de comunicación, las resuelve.
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