La guerra ha comenzado en las entrañas más internas del PSOE y Zapatero transmite al PSM y a su propio partido que paren las hostilidades.Todo empezó por los reproches, aunque sin mencionarle por su nombre, de Tomás Gómez a José Blanco, por comentar dentro del partido, siempre según Gómez, que hay que buscar un candidato diferente al actual líder del PSM. Además, el líder madrileño reprocha al ministro de Fomento sus gestos con presidentes autonómicos y singularmente con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, porque perjudica a sus compañeros.
Lo cierto es que Tomás Gómez no tenía intención de que transcendiera su malestar con el número dos del PSOE, pero así ha sido y, por tanto, se ha hecho público un malestar que late desde hace mucho tiempo.
Tan seguro está Gómez de sus apoyos que está dispuesto a someterse a primarias para la elección del candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Gómez ha repetido que su aspiración sólo está en ser el cabeza de cartel del PSOE, y está persuadido de que Blanco quiere evitarlo.
No existe nada bueno ni malo, es el pensamiento humano el que lo hace aparecer así y es ahí donde entra la comunicación
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10 horas de retraso con la publicación original. Si lo has publicado en tu periódico esta mañana, por qué sale aquí 10 horas después? y te recuerdo niña que fuiste de ese partido al que hora criticas a todas horas. ¿Pones en cuestión la mano que te puso el piso en sevilla? El Diputado estará muy arrepentido con el dinero invertido en ti.
ResponderEliminarM.M.
M.M. insultas a la inteligencia de la señorita Vázquez la cual hace su trabajo lo más buenamente que puede y cuando gente como tu la deja. Habría que felicitarla. Enorabuena María y bienvenida a Diario de Sevilla.
ResponderEliminarOscar Beltrán
Bienvenidos a amb@s al www.elblogdemariavazquez.blogspot.com. A M.M. decirle que si quieres que te traten con respeto, intenta en la medida de lo posible, respetar tu.
ResponderEliminarA Oscar, gracias por pasarte por aquí. Espero que esto dure mucho tiempo.
María Vázquez Lorca