Artículo publicado en Blogs de Política.com el 16 de enero de 2012
José Antonio Griñán. Diario de Sevilla 2010 |
La primera cita electoral después de las elecciones generales del 20N va a desarrollarse en Andalucía. Será el 25 de marzo y en ellas el manejo de los tiempos va a ser una variable más que relevante ya que las elecciones andaluzas suponen el duelo final del PSOE frente al PP. Los resultados dirán si el hundimiento del PSOE se confirma también en su región insignia, o si hay una recuperación de este partido después de la catástrofe electoral de noviembre.
Revisando los antecedentes de la cita electoral, esta será la primera vez en 22 años que las elecciones al Parlamento andaluz se celebren sin el paraguas de una convocatoria general. Solo en dos ocasiones, los andaluces han celebrado un debate electoral sin interferencias de otros comicios: en 1982, las primeras autonómicas, y en 1990. En el resto de las ocasiones se han hecho coincidir con las europeas o con la renovación de las Cortes.
El manejo de los tiempos: la variable más relevante de una estrategia electoral
Cuando el anterior Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, decidió adelantar las elecciones generales, previstas para el año 2012, al 20 de noviembre de 2011, se planteó una disyuntiva para las elecciones en la comunidad autónoma de Andalucía, gobernada por el PSOE. Partiendo de la premisa de que las elecciones del 20N iban a ser pésimas para el partido de gobierno, ¿era conveniente hacerlas coincidir en esa misma fecha, sabiendo que lo harían en un clima de opinión pública extremadamente negativo?. O ¿las dejarían para la fecha original, arriesgando sufrir un efecto negativo adicional de arrastre, previsiblemente muy poderoso, por la inevitable victoria del PP?. La respuesta, ya la saben. Competir después de una victoria aplastante del adversario, es más difícil que competir antes de que esa victoria se haya verificado. Eso es evidente. Existen, sin embargo, varias lógicas acumuladas, y en competencia entre sí, a la hora de tratar de anticipar los resultados de una elección.
Después de las elecciones del 20N, la bomba de 5 millones de parados se encuentra en las manos de Mariano Rajoy y del PP por lo que la distancia entre el 20 de noviembre de 2011 y el 25 de marzo de 2012, es corta. Corta para que el nuevo gobierno muestre buenos resultados. Es corta también para que el PSOE, ahora desde la oposición, utilice los descontentos que puedan surgir por una frustración de expectativas.
En cualquier caso lo que es evidente, es que para el PSOE de Andalucía no va a ser fácil soportar la presión incontenible de la culpabilización por la crisis que tuvo el PSOE nacional en la campaña del 20N. En el 20N los candidatos no tuvieron prácticamente ninguna incidencia en los resultados y en el desarrollo de las campañas, tampoco.
Lo que está claro es que en la campaña de las autonómicas andaluzas va a importar mucho lo que digan y hagan los candidatos, pero va a importar más todavía cómo se hagan las campañas. El 20N, el PSOE perdió en Andalucía por nueve puntos. Un cambio importante del clima de campaña puede hacer intervenir un cambio también muy importante, paralelo, de números. ¿Qué cifras específicas? Imposible de saberlo a priori. Sin embargo, un movimiento de diez puntos, que podría hacer ganar al PSOE en Andalucía después de la catástrofe de noviembre, no es para nada imposible, a condición de que la campaña aproveche al máximo las oportunidades de esta elección.
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