jueves, 19 de agosto de 2010

El reflote de la canoa de Punta

oda una vida subido a la canoa que une la ciudad costera de Punta Umbría con la capital, y a Francisco Palomar cada viaje le resulta una novedad. Reconoce que tiene “miedo” a que este medio de transporte desaparezca. Hace números y no le salen las cuentas y la subida del gasoil de los últimos meses, no ayuda.

El turismo es un gran invento, pero también hay que saber sobrellevarlo. La canoa de Punta Umbría nació hace muchos años, pero algunos viajeros románticos se resisten a abandonar este símbolo emblemático de Huelva y se decantan por la brisa marinera que ofrece este paseo por el río Odiel, al aire acondicionado de los autobuses que realizan el mismo trayecto.

En otros momentos, también parejas de jubilados que se dirigen a la playa para pasear por sus orillas y pequeños de la mano de sus padres, que convierten la canoa en un escenario diferente para sus aventuras o ejecutivos que buscan el descanso absoluto, son algunos de los usuarios que apuestan por mantener a flote este ilustre y legendario medio de transporte onubense.

Pero la realidad es otra. La crisis económica no ayuda a mantener este medio de transporte y su armador y empresario, Francisco Palomar, reconoce que tiene “miedo a que esta tradición desaparezca”. Su principal fuente de problemas es la poca rentabilidad económica que le deja la embarcación. Los días de la semana, no festivos, suelen subir alrededor de 150 personas. Eso unido a que el precio medio que tiene que pagar para llenar el tanque de gasoil es de 500 euros al día, las cuentas no le salen. Por si fuera poco, observa que cada año el número de turistas baja considerablemente durante estos meses de verano. De hecho, Francisco confiesa que el turismo de Huelva es “un turismo de 40 días, ya que a partir del uno de septiembre a las costas de Huelva no llega ningún turista y es una pena, además es imposible cubrir los gastos”.

Ya quisiera Francisco trabajar durante más meses en la canoa, pero su periodo de trabajo apenas llega a los dos meses, julio y agosto. “Llevo 40 años escuchando que el turismo va a remontar en Huelva y es mentira” señala decepcionado. La afluencia de pasajeros durante el mes de julio ha sido muy reducida, pero en la primera semana de agosto se ha conseguido remontar, moderadamente, esas cifras gracias a la presencia los fines de semana de turistas que proceden de destinos como Badajoz, Sevilla o Madrid.

Con el ocaso de la semana, además de los visitantes foráneos “algunos grupos de veraneantes onubenses” también deciden cobijarse en el suave y relajante balanceo que provoca la mecida de las olas, e ir al encuentro del relax en el litoral acompañado durante la travesía por la sinfonía que orquesta el agua serpenteando en el casco de la canoa.

Una forma de transporte en peligro que reivindica su lugar. Ahora sobreviven organizando relajantes paseos por la ría durante las refrescantes noches, todo ello con el apoyo de la Universidad Internacional de Andalucía. Además, durante esta actividad, se puede disfrutar de un magnífico cóctel sobre la embarcación.

De esta manera, tratan de cubrir gastos. Francisco ya navegaba en la canoa sobre el Odiel desde pequeño. “Iba al colegio que estaba en Huelva subido en la canoa cada mañana de lunes a viernes y soñaba con tripularla de mayor. Por eso me da mucha pena que desaparezca a largo plazo”. Recuerda que ya hubo años en los que no había servicio, porque “no salía rentable mantenerlo”. Ahora le preocupa de nuevo. “Esta embarcación siempre tiene gastos de mantenimiento, porque es normal. El motor es de 800 cv y gasta 5.000 euros de gasoil al mes”.

Cuando nos acercamos al fin del verano, Francisco advierte. “En dos semanas desaparece el turismo de Punta Umbría y dejará de ser rentable”. Parece que lo dice con tono de decepción, y para una persona que ha pasado toda una vida encima de esta embarcación resulta difícil reconocer este problema. Aunque el trayecto que conecta Huelva con la localidad costera de Punta Umbría se encuentra repleto de numerosos avatares y dificultades que no han conseguido doblegar a este coloso de la tradición marítima onubense que, no obstante se enfrenta actualmente a un iceberg en forma de crisis económica y que peligra su supervivencia a largo plazo. Toda una historia que es necesario que se conozca tal y como aboga Francisco, para “que la tradición de la canoa no se pierda”.

(Publicado en Odiel Información el 19 de agosto)

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