Política, amores, guerra y otros asuntos

NO me extraña que muchos de los que me rodean, curiosamente intento alejarme y cada vez más de periodistas y políticos (con sus correspondientes asesores) y no funciona, vean en este último tramo de las municipales, cierto “desencanto político”. Y con desencanto me refiero a puro desenamoramiento hacia el candidato o hacía el signo político que representa al mismo, y ya se sabe que en el amor como en la guerra, todo vale. Un ejemplo calentito. José Blanco. El vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, ha aprovechado un encuentro con los aspirantes a las alcaldías de los 110 municipios de la Comunidad de Madrid, para seguir rompiendo corazones. 

Blanco, quien no pierde su valioso tiempo (hablando en términos de sucesión) si hay conexiones en directo con primeros planos de por medio, ha llamado “cobarde” al presidente del PP, Mariano Rajoy, por darle un “sí” al presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, para que opte a la reelección. Y ha seguido perdiendo desencanto aplicando valiosas teorías políticas como, “Rajoy, que es tan valiente para decir que no a todo lo que le conviene a España, fue cobarde dándole el sí a Camps”. A esto me refiero cuando hablo de que todo vale en política. Les cuesta poco, o nada, acusar cuando en su casa tampoco andan muy bien de limpieza que digamos. Y es lo que yo y el común de los mortales, llamamos tomadura de pelo. Y es a lo grande. Por ello, escucho y sobre todo, observo (porque a veces no me dejan entrar hasta donde se cuece el asunto) que LA ESTRATEGIA se desinfla. Hablamos de lo superficial pero no porque queramos, sino porque se impone. Si no, 10 kilómetros de diferencia en la velocidad de las autovías y autopistas, ¿iba a dar para tanto?. 

Mi madre, y como ella centenares de españolitos, sabe que no va a poder pasar de esa velocidad, pero no tiene ni idea de que una de las ministras del Gobierno de España, la de Sanidad, ataca la ética (y sin pelos en la lengua) del presidente del principal partido de la oposición. Ese juego de papeles en éste, nuestro Gobierno, sólo responde a LA ESTRATEGIA. La de ganar a cambio de que, como me decía Carmen Gaminde, asesora de imagen y comunicadora, "admitamos lo inadmisible".