Entre los dos candidatos presidenciales en ésta carrera a la Casa Blanca de los Estados Unidos de América, uno cuenta con mayor apoyo que otro entre los votantes de habla hispana. El Presidente Barack
Obama y candidato demócrata, es quien cuenta con la mayor parte de los votantes hispanos a
nivel nacional, sin embargo en Florida, se establece una diferencia
porque el 32% de los cubanos (que representa la mayoría
del voto latino en este estado) opta por el gobernador republicano, Mitt Romney.
Pero, ¿por qué importa lo que los
latinos de Estados Unidos decidan en las urnas?. La primera explicación se basa en pura estadística: los latinos en Estados Unidos son cada vez más.
Uno de cada seis habitantes, en concreto y además, representan 16,3% de la población del
país, según reveló el censo de 2010, lo que los convierte en la
minoría étnica más numerosa, y se dice que para 2050 podrían
alcanzar la marca de 30%.
Otra de las razones por las cuales el
voto hispano es esencial para los dos partidos, es porque
la masa de votantes es, ante todo, joven. Es decir, recién llegados al sistema
político y muchos de ellos elegirán presidente por primera vez en 2012. Recordemos que por definición, el joven es menos
susceptible de tener una filiación partidaria ya establecida. Los consultores políticos lo definimos como un voto "up for grabs", una
expresión en inglés que señala que está disponible para quien
quiera competir por conseguirlo.
Un dato es que encuestas recientes sugieren que el
6 de noviembre tendrá lugar una elección reñida. Por lo que cada voto cuenta en este escenario, y esto ha aumentado la presión en los cuarteles de campaña de ambos por conseguir tantos apoyos como sea posible, sobre todo
entre el electorado joven de minorías.
Aunque se hable de él en singular, las
preferencias de la principal minoría del país están lejos de ser
uniformes: el voto hispano no es monolítico, nos repiten los analistas. En otras palabras, no es uno, sino muchos. Por ejemplo, la conducta electoral de los
mexicano-estadounidenses del oeste del país, difiere de la
de los hispanos de origen cubano de la costa este. De este modo, California
se inclina históricamente por los demócratas, mientras que Florida
fue, hasta 2008, un fuerte de los republicanos.
Lo que tenemos claro es que ésta heterogeneidad se traduce en
posibilidades para ambos partidos de sumar en caudal de votos
latinos para sus respectivos candidatos. Aunque lo intentan con
estrategias distintas.
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