Me sorprende
leer noticias como éstas. Y me sorprenden no por el hecho en sí
sino por la poca o casi nula, visión y perspectiva de los hechos por
parte de quienes hoy en día prohíben a los ciudadanos informar,
grabar o reproducir lo que para ellos es realmente importante, políticas y decisiones que les afectan. El
contacto directo en política es hoy no sólo imprescindible sino
inevitable. A quienes prohíben hoy en día que los ciudadanos
informen, graben o reproduzcan plenos tienen que saber que hoy jugamos en un nuevo terreno de juego, el de la transparencia y la participación. Porque...:
- Los ciudadanos reclaman hoy acceso directo, sencillo e inmediato a sus alcaldes y representantes públicos porque el diálogo es consustancial a la democracia y las redes sociales son una de las herramientas democráticas más útiles para ejercitarlo y la política 2.0 es precisamente la herramienta que permite dar respuesta a esta demanda democrática.
- El uso de internet y las redes sociales ha conducido a un cambio radical en la relación de los políticos con la ciudadanía, permitiendo a través del gobierno electrónico o la administración digital, ofrecer a los administrados una vía de resolución rápida y eficaz de sus gestiones burocráticas, así como mejorar la representación, la transparencia y la rendición de cuentas ante los ciudadanos.
- La política 2.0 ofrece algo que resulta definitivamente distinto: la interacción y la bidireccionalidad. Los ciudadanos escuchan, hablan, opinan y participan en tiempo real, permitiendo de una forma sencilla y directa, que cualquiera pueda dirigirse a sus representantes.
Los partidos
políticos y los gobiernos e instituciones no pueden seguir haciendo
comunicación política como hace siete años (ni siquiera como hace
cuatro), entre otras cosas, porque la forma de interactuar y
comunicarnos, ha cambiado. Política 2.0, Gobierno Abierto, …
sinónimos de una realidad en marcha porque los partidos son
conscientes de los cada vez más altos niveles de abstención
electoral. De la misma forma son conscientes, como indicaba la última
encuesta del CIS sobre intención de voto y el ejemplo de las últimas
elecciones en Grecia, que los partidos políticos mayoritarios y
tradicionales están en claro declive, con un aumento considerable de
los partidos políticos minoritarios, incluso de la creación de
nuevos partidos con una alto seguimiento ciudadano.
Es decir,
nuestros políticos sienten la desafección hacia ellos y de la
pérdida de credibilidad que existe (y que sigue creciendo) hacía su
profesión y la escucha de los políticos a los ciudadanos es una
herramienta para mejorar la credibilidad con los electores. A los cargos
públicos que prohíben compartir información, no creen en la
democracia, en la comunicación, ni en diálogo. Y es el diálogo, la
comunicación bidireccional, el nuevo escenario. Un escenario donde
la fuerza de la opinión colectiva es inevitable.
En resumen,
una institución abierta a la sociedad, en el siglo XXI, tiene dos
retos: transparencia y participación. Lo contrario, y además con prohibiciones, tiene mucho de dictadura y poco de democracia.
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