
Ha pasado de llamarse, Pepiño a Don José. Un Ministro con gafas de Loewe, que proclama austeridad y que matricula a sus hijos en un colegio privado con mensualidades de míles de euros, no merece ni el más mínimo requerimiento. A Don José, al igual que algunos de sus compañeros de profesión, parece no preocuparle que su imagen dice mucho de su personalidad. Por ejemplo, una persona, se llame Pepiño o se llame Don José, que utiliza unas monturas de diseño exclusivo y que a la vez llama al Pacto social, carece de toda veracidad, además de caer en el ridículo. Cuando inició su carrera política en su Galicia natal no parecía que el ministro fuera a destacar, al menos, no por sus gafas.
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