Después de casi 32 horas repartidas entre Santiago de Compostela y Barcelona, el papa Benedicto XVI se ha despedido hoy en el Hangar de Iberia del aeropuerto del Prat anunciando que rezará para que "todos los pueblos de España" reciban los "dones celestiales" que les ayuden "a vivir como una sola familia".
Respecto a la polémica, que ha habido mucha durante estos dos días, Zapatero, que se ha mostrado en todo momento aséptico con el Obispo de Roma, ha mantenido una reunión de diez minutos con el Pontífice cuyo transcurso ha sido calificado por el Ejecutivo español de "distendido y amable". Durante su charla, Zapatero ha querido responder a las críticas lanzadas por Benedicto XVI sobre el laicismo en el que ve sumido al Estado. Una postura que, según una nota difundida por Moncloa, es el mero reflejo de un Estado aconfesional, tal y como lo señala la Constitución Española, que mantiene una relación fluida con el Vaticano "pero que garantiza la libertad de todos".
Este ha sido el único encuentro entre ambos jefes de Estado durante los dos días de visita. La ausencia del presidente del Gobierno en los actos de Santiago y de Barcelona levantó polémica entre sus opositores, aunque desde el Vaticano se apuntó que no lo vieron como una ofensa.El encuentro entre el Papa y Zapatero se ha celebrado, según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, en un clima "sereno y de cordialidad". A la salida, los fieles han despedido al presidente al grito de "Zapatero reza con nosotros".
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