HABEMUS candidato oficial del PSOE a las primarias de cara a las elecciones de 2012: Rubalcaba. O como diría Fernández Vara: Alfredo Pérez y Rubalcaba. El nuevo candidato tiene confianza en apretar la diferencia que le separa del PP (objetivo único hasta el momento). Da por hecho que el voto de castigo antizapaterista se ha aliviado en la catarsis de mayo y piensa organizar una campaña que despierte a los electores desencantados con un llamamiento general contra la derecha. Su objetivo consiste en bloquear la investidura de Rajoy alcanzando un número de diputados que impida la mayoría absoluta y le permita a él alcanzar un pacto con el nacionalismo catalán y vasco. Difícil, muy difícil (no imposible). Tendría que rebajar la distancia actual de diez puntos a tres, cinco como máximo. Aglutinar una coalición de votantes que cercene el crecimiento de Izquierda Unida y UPyD.
Y para eso necesita desmarcarse mucho de Zapatero, atarlo corto, secuestrarlo casi. Esto último ya lo tiene medio hecho; si es necesario, lo jubilará antes de tiempo organizándole un homenaje. Con ese motivo, ha recabado todo el poder del partido, pasando por encima del presidente. Su experiencia de intriga está contrastada. La de supervivencia también. Lo único que no tiene demostrado es liderazgo popular, dinamismo, capacidad para crear ilusiones. Tiempo tiene para conseguirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario